sábado, 29 de septiembre de 2007

¿El principe o el sapo?

Podemos conocer a alguien que nos trate como princesas y que sea un galan, un verdadero principe, aunque digan que no existen, de que los hay los hay; son pocos pero existen.

También tenemos a los sapos, es decir, el mino que nos trata mal, que nos quiere hasta ahí no más y nos toma en cuenta cuando se le da la gana y para más uno no tiene idea que es lo que quiere... ni para donde va, así son las cosas. Pero nos fijamos en él igual...

Para que vean que no estamos lejos de ser masoquistas y nos encanta sufrir, no tenemos limites ¿no? Nos llegamos a preguntar con cual nos quedamos, si con el sapo o el principe... deberíamos responder EL PRINCIPE, pero no... nos armamos de paciencia y comenzamos a embellecer al sapito, le otorgamos atributos que jamás han existido y lo convertimos en principe cuando de principe no tiene nada de nada... ni la cara.

Pero pregúntenle a un hombre... ¿Con cuál te quedas?¿con la Princesa o la Rana? Parecen Speedy Gonzalez respondiendo... la PRINCESA OBVIO!! Ni lo piensan, no tienen ninguna duda, para ellos eso no se pregunta...

A la única conclusión que pude llegar con todo esto, es que en la mayoría de los casos nos quedamos con los sapos y ellos con las princesas, es decir, nosotras con los tarados y ellos con nosotras.

Malamente así son las cosas, siempre seremos las princesas del cuento mientras ellos son unos sapos que siempre serán babosos y eso no habrá como remediarlo, no importa cuanto los tratemos de embellecer, es IMPOSIBLE.